domingo, 25 de septiembre de 2011

Caudillismo y poder político

Les dejo aquí el texto con que trabajamos en clases. Para aquellos que no se quedaron con las fotocopias. Saludos



Caudillismo y poder político

Luego de la guerra de independencia, el caudillismo constituyó una de las características más importantes de la forma en que fue ejercido el poder político en las nuevas repúblicas latinoamericanas. La mayoría de los gobiernos estuvieron ejercidos por los caudillos, hombres que utilizaron todo su prestigio, influencia y capacidad de liderazgo, obtenidos en las guerras de independencia, para establecer y mantener el orden sobre diferentes territorios.

En la mayor parte de los nuevos gobiernos, el clientelismo y el personalismo remplazaron a la división de poderes y a una burocracia (funcionarios) independiente de la persona del gobernante. Los caudillos generalmente gobiernan de una manera autocrática, que con frecuencia implica la supresión de la oposición, la creación de partidos y movimientos oficiales y la supresión de otros. Aunque no siempre lo hace, o no siempre tiene éxito en su intento, el caudillo favorece la formación de partidos únicos o de movimientos que le respaldan y que se proyectan hacia el futuro. En este sentido, tienden a permanecer en su puesto por un periodo extenso de tiempo (continuismo) En tanto se domina o cancela las instituciones de la democracia liberal, construye las condiciones necesarias para su perpetuación en el poder. La experiencia histórica señala que ningún caudillo permanece poco tiempo en supuesto, y que su salida siempre es forzosa.

El caudillo tiene la necesidad funcional de atacar a los "enemigos del pueblo", tanto internos como externos. Moviliza a grupos sociales bajo la bandera de la defensa nacional de los ataques del adversario y, pudiendo ser reales, tienden a llevarse al punto de enemigos mortales y chivos expiatorios de los fracasos, originándose estados de exaltación y paranoia colectiva.

En el ámbito de sus negocios y de sus responsabilidades públicas, se rodeaban de un núcleo de hombres armados y de numerosas personas a las que proveían de trabajo y medios de subsistencia. Éstos constituían una verdadera “clientela” que actuaba de acuerdo con sus indicaciones. El caudillo (el patrón) ofrecía a quienes trabajaban para él y le obedecían (sus clientes) empleo, seguridad, educación básica, servicios religiosos, pequeñas parcelas de sus tierras para la producción de alimentos. Ningún contrato legal unía a las partes; sin embargo, existía por parte de los trabajadores obligaciones permanentes basadas en la lealtad personal. En algunos casos, esta situación se veía reforzada por los lazos de parentesco originados al aceptar los patrones el padrinazgo de los hijos de sus trabajadores, y convertirse de este modo en compadres.

Los caudillos tienden a ver poca diferencia entre el dominio público y el privado; ellos operan dentro de una concepción patrimonialista y con frecuencia usan su puesto y el aparato del Gobierno para su ganancia personal y la de su clientela.



Bibliografía: se las debo, se que tomé este texto de alguno de los libros con los que trabajamos habitualmente y están en el programa. También lo modifiqué un poco.

1 comentario:

  1. Excelente tu trabajo,se nota el gran esfuerzo que hacen.Sigan asi....

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